El rancho que me crié, no tiene luz ni litera,
no tiene cuartos ni heladeras, el rancho que me crié.
Pared de barro y piso de tierra,
techo de chapa y mil goteras,
tiene el rancho que me crié.
En el rancho que me crié, se me llovió la vida, el poncho y la vieja,
y una que otra moraleja, en el rancho que me crié.
El rancho que me crié se ahuma cuando hace frío,
pero vaya si es buen asilo cuando azota la calor,
en el rancho que me crié abunda el mosquerío,
que con mosquito e vinchuca forman trío,
en el rancho que me crié.
Olor a torta frita en grasa e chancho,
y a locro con carancho, hay en el rancho que me crié.
El rancho que me crié, verá no es ningún lujo,
pero tiene cierto embrujo,
que me hace recordarlo con melancolía,
y se me pianta el lagrimón, cuando recuerdo aquel día en que dejé
con osadía el rancho que me crié.
martes, 16 de febrero de 2010
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Me encantó!! Te imagino en el rancho, estudiando la "cadena polipeptídica".
ResponderEliminarBESOSSS